Cómo llamar la atención

Para llamar la atencion de alguien una mirada obligada será el primer paso. Cuando fijamos en alguien la mirada, le damos a entender nuestro interés por él. Según sea la dulzura, sensualidad, timidez, confianza de la mirada no demostramos el mismo interés por la otra persona, aunque en todos los casos expresamos que el otro nos atrae. Es la constante.
Existen tres maneras de llamar la atención
- Visual
- Verbal
- Táctil.
Nota: no creo en la timidez. Creo en el miedo a la negativa y a enfrentarnos con nuestro miedo (algunos llaman a esto «cobardía»). Podemos negarnos a «dar los primeros pasos» por las razones dadas en el último artículo (y por pudor), pero hay que saber que muchas situaciones no llegarán a ninguna parte sin dar este primer paso.
Llamar la atención de forma visual
El juego de miradas tiene su sitio a lo largo de una relación. Es anterior a la primera frase intercambiada y será el último contacto amoroso en el momento de una separación. Aparece en un momento de cólera cuando se fusila al otro con la pupila. También, en los momentos tiernos.
Aunque no sea con palabras, incita a la comunicación. No es tan claro como el lenguaje pero logramos hacernos una idea general del pensamiento del otro cuando atraemos su mirada.
Muchas historias de amor, por otra parte, comienzan con miradas. Son los primeros pasos y los primeros momentos de ternura.
La mirada
El intercambio de miradas al vuelo.
“En silencio me miras, vi que me viste pero fingimos no vernos mientras nos miramos con el rabillo del ojo”.
El primer paso es mantener este intercambio de miradas. Apartando los ojos en el último momento, dejando un segundo apenas las miradas cruzarse, mostramos que el otro nos atrae.
La mirada constante
Con un «te miro, no te miro» acabamos por no cruzarnos la mirada.
Lo mejor es mantener su mirada. Poca importancia tiene que se ponga rojo, que baje los ojos, que se frote la frente: debemos hacerlo, después nos sentiremos orgullosos y los menos tímidos nos abordarán.
No hablamos de la intención puesta en esa mirada constante. La intención os pertenece a ti, al otro y a la situación.
La mirada asociada a un gesto
Los más valientes asociamos la mirada con un gesto.
Así, el signo de interés estará claro: «quiero que me hables, cuento contigo. Eres el chico o la chica que me gusta. Ven a abordarme o para siempre arderás en el infierno mortificado por el pesar».
Aquí, tenemos:
- La mirada + la sonrisa: que da un aire simpático y ofrece un poco de confianza.
- La mirada + dar la mano: más explícito todavía.
- La mirada + ofrecer una bebida: práctica que se usa en los bares.
- La mirada + el enrojecimiento: les sucede a ciertas personas tímidas.
- La mirada + el guiño: esta técnica es la más utilizada por los hombres y puede ser la más perturbadora.
Nota: el juego de miradas dura toda la vida en una relación: en el momento de las citas, durante el silencio de las conversaciones…
Llamar la atención de forma verbal
La comunicación está en el corazón de toda relación (personal o profesional). El tono de nuestra voz, nuestra manera de movernos, nuestra actitud, las muecas de nuestra cara.
El 90 % de la comunicación no es verbal.
Antes de hablar, seamos congruentes
Para comunicar bien, mi consejo sería la congruencia.
Si la persona nos gusta tengamos clara esta información.
No, no se trata sólo de un signo del destino. Se trata de una atracción. Actuemos de manera que podamos atraer a la otra persona:
- No le pongamos a prueba.
- No le hagamos ninguna pregunta desagradable.
- No disimulemos nuestros sentimientos, no los demostremos tampoco (ya lo haremos).
- No orientemos la conversación para saber si la persona es «seria». (Algunos serán serios con unos y no con otros).
Si la persona nos gusta se lo demostraremos con suavidad. Eso es la congruencia.
El 90 % de la comunicación no es verbal
Si tratamos de dar a nuestro lenguaje corporal un sentimiento que no tiene hará disonancia, necesariamente.
Conversación aparte: comunicación, congruencia y olfato
¿Qué pasa cuando tenemos «olfato»? Generalmente, nos sentimos bien con la persona, sentimos una confianza rápida que se acompaña de un sentimiento de simpatía. Creo, en este caso, que la persona con la que tenemos este «olfato» es congruente en su comunicación con nosotros.
Algunas personas tienen «olfato» con todo el mundo. Tengo el sentimiento que son personas dotadas de gran gentileza y escucha sincera. En general, si gusta mucho a todo el mundo una persona será porque esa persona quiere, sinceramente, a todo el mundo.
Otros, tienen «olfato» con menos gente, particularmente las personas muy seductoras que evocan poca confianza de fondo.
Algunos atraen la antipatía general. Son personas que buscan el interés y el reconocimiento por parte de las otras personas, dando ellos bastante poco para conseguirlo. Es decir, hay una falta de congruencia entre las palabras afectivas que estas personas expresan y lo que dicen sus cuerpos sobre el afecto que sienten.
Para que la gente tenga buen olfato con los demás, una receta: transparencia + congruencia.
La congruencia primero, la técnica después
Conversación aparte: ¿por congruencia hay que decir los sentimientos?
NO
En los comentarios, a menudo, encontramos la situación siguiente: a un chico le gusta una chica, pero se niega a mostrarle su interés en seguida (para tenerla en suspenso, por timidez, porque la situación es complicada, etc.).
Pues, no
Más vale mostrar tu interés poco a poco, utilizando el sistema de CASTIGO-RECOMPENSA, que guardarte todo y en otro momento explotar. Por otra parte, cuanto más contenemos un deseo más aumenta, pudiendo convertirse en pasión o amor. De ahí nacen las obsesiones por el otro.