perdonar una infidelidadTodo no está perdido cuando la infidelidad llega a la pareja. François St Padre, psicólogo y terapeuta de parejas, y Gérard Leleu, médico sexólogo, explican por qué.

Un seísmo es lo que sintió Aline, de treinta y cuatro  años, cuando se enteró de la infidelidad de su marido por un error de SMS. «Iba a enviárselo a su nueva pareja, pero fui yo quien lo recibió». Para Carole, de veintiocho años fue «una puñalada» descubrir que Pierre, su compañero desde hacía tres años, había cedido a los encantos de una colega del seminario. «Lleno de remordimiento me lo contó todo una tarde. Aunque vi que lo sentía, en ese momento sólo tenía ganas de que desapareciera», cuenta.

Cómo perdonar una infidelidad

La infidelidad es una de las pruebas más duras que una pareja puede sufrir, aunque a veces todo puede arreglarse si los dos quieren volver a pegar los pedazos. En ese caso todo no está perdido, aseguran François St Padre, psicólogo y terapeuta de pareja y Gérard Leleu, médico sexólogo.

Controlar la cólera

«Los primeros instantes después del descubrimiento de la infidelidad son, a menudo, determinantes para la continuación», explica Gérard Leleu. «El sufrimiento, a veces, no sólo se expresa en episodios de cólera, también puede llegar a la violencia. Ciertas palabras, ciertos gestos son difíciles de borrar después. Aunque esto exiga grandeza de alma y coraje, hay que tratar de no ceder a esos impulsos y nunca llegar a la violencia». Más aún cuando, subraya Gérard Leleu, el dolor que se experimienta revive heridas más antiguas. El inconsciente no tiene edad y la traición del otro despierta lo que se sintió una tarde cuando la madre no estuvo disponible para nosotros o cuando el padre volvía demasiado tarde. Ser conscientes de que parte de lo que sentimos se debe a nuestro pasado, además de a la experiencia que acabamos de vivir, nos hará salir de una postura de víctima .

No tomar la decisión en el período de crisis

«La infidelidad raramente es descubierta», recuerda François St Padre, pero cuando lo hacemos, el estado en el que nos encontramos es post-traumático. No nos hallamos en situación de evaluar la situación o de actuar de manera racional. Les aconsejo a mis pacientes no decidir nada antes de seis meses, tiempo de ver en qué medida ambos desean o no proseguir con la relación.

Seis meses, exactamente es la duración que les tomó el proceso de reconciliación a Carole y Pierre. «Durmió sobre el sofá durante todo ese período y mientras yo intenté comprender, reflexionar. Le quería demasiado para dejarle y escogí creer que él también me quería. Una tarde le pedí que volviera a dormir conmigo», cuenta Carole.

Escoger a tus confidentes

 «Cuanto más gente hay informada, más complicado es todo», previene François St Padre, que desaconseja hablar de ello con los niños o los padres. «Es un asunto que sólo concierne a la pareja, no a sus allegados», opinión que comparte Gérard Leleu, que añade que: «a menudo, los amigos y familiares dan consejos con arreglo a sus vivencias, hasta a veces vengándose de lo que ellos sufrieron en situaciones semejantes».

No buscar saber todo

«Aunque es una tentación compartida por muchas personas el acuciar con preguntas a la persona infiel o a la que le han sido infiel, sobre el modo en el que todo ha sucedido, exigiendo detalles sobre el otro o el lugar de sus encuentros, todo ello puede llevar a hacerle sufrir todavía más», asegura Gérard Leleu.
Lo peor, para François St Padre, es que esto puede favorecer la aparición de obsesiones. «Saber que fueron a un restaurante puede llevar a pensar en ello cada vez que se vaya a uno o se encuche la palabra restaurante, lo que no ayuda en la recuperación».

Interrogarse las razones

 superar-una-infidelidad«No engañamos por casualidad», explica François St Padre. Para el psicólogo quebequés, «la pareja puede evitar que suceda si ambas partes aceptan estudiar lo que no funciona, lo que le permitió al otro llegar hasta allí».

Sin excusar o minimizar el adulterio, hace falta reconocer que el infiel  ha podido tener algún motivo que le ha ido alejando de su pareja.

. Para Gérard Leleu, contrariamente a lo que se pueda pensar, menos en el caso de una disfunción verdadera, las razones de la infidelidad dependen raramente de un problema sexual. El motivo de una discusión, la mayoría de las veces, es una falta de comunicación, de ahí  la necesidad de hablar. A menudo, la infidelidad es una mala respuesta a esta cuestión, a la falta de comunicación entre ambos.

Ir a visitar a un terapeuta

Para Gérard Leleu y François St Padre, es muy difícil salir de ahí. «Un tercero, que emocionalmente no esté implicado en la relación, puede ayudar a restablecer el diálogo», asegura Gérard Leleu. «El sufrimiento está demasiado vivo para salir de ahí solo y dar el paso de ir a ver a un terapeuta es signo de voluntad para encontrar una salida».

Aline y su marido dieron este paso y un año después están mejor. «No olvidé, dice Aline, pero decidí perdonar y cuidar más nuestra relación».

Es una nueva historia que comienza, en definitiva.

Si realmente, piensas que no es posible superar la infidelidad, puedes pedir un divorcio por adulterio.

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