Cómo seducir a tu pareja y reconquistar a una mujer

Cómo reconquistar a una mujer

¿Tienes ganas de seducir a tu mujer como si fuera en los primeros días? Descubre qué hacer.
Con el tiempo muchas cosas terminan a no ser que tengas cuidado y te preocupes de mantener encendida la llama del amor.

Algunos años después del comienzo de la relación, la pasión decae pero siempre hay que intentar que el amor permanezca.

Diez consejos para seducir de nuevo a tu mujer.

Sorpréndela

Las mujeres vibran cuando se les sorprende. Desde la sorpresa de un pequeño ramo de flores a la estupefacción total,  nos hemos inscrito en un curso de kite surf para este verano. Te toca asombrarle, llevarle a ver a su cantante preferida, preparar un fin de semana en pareja ocupándote tú mismo de arreglarlo todo. Más simple todavía, una llamada telefónica para decirle que esta tarde salis a cenar o que el sábado por la mañana le reservaste un tratamiento facial.

Total, debes ser creativo y así tu pareja conservará su ilusión.

Quién no soñó su vida futura: la familia, la casa, los niños y hoy tu pareja se perdió en las comidas dominicales, en el salón que hay que repintar y los pañales que hay que cambiar. ¡Reacciona! Hay que conservar la pareja. Necesitas tiempo y si no lo tienes, invéntalo. Acuérdate de lo que os gustaba hacer a los dos al principio y vuelve a hacerlo. Puede ser ir a beber una cerveza, un concierto de música clásica a la iglesia, un restaurante, la pizzería…

Ocuparse de ella no es ponerle dentífrico sobre su cepillo de dientes cada día. ¡No! Ocuparse de ella es escucharle y demostrarle pequeñas atenciones, las mismos que tenías al principio de tu relación. ¿Le duele la espalda? Hazle un pequeño masaje. ¿Tiene frío? Vete a por una chaqueta. ¿Tiene pereza al despertarse? Llévale un café a la cama.

Una sonrisa, una mirada, una caricia, no olvides esos pequeños detalles.

Ocúpate de ti

Para seducir hay que ser seductor. A veces el estrés, el cansancio, las limitaciones de la vida cotidiana hacen que nos olvidemos de nosotros mismos. Error, hay que tener cuidado con la imagen que se muestra. Evita vestirte siempre igual, por costumbre o comodidad. Modernízate, escucha sus consejos sobre tu vestimenta, sobre todo si es sensible a la moda.

También te dice: “mañana llevas a Hugo a sus cursos de natación “, y tú piensas: “sí, pero a qué hora y a qué piscina”. La diferencia entre la vida profesional y la vida familiar es inmensa y aunque tu mujer trabaje, hace sin cesar zapping entre las dos labores pero no es tu caso siempre. Seducirle es también escuchar. Necesita tu apoyo y tu interés, como tú cuando le cuentas tu día de trabajo. Ponerse en el lugar del otro también permite comprender lo que siente y, si llega el caso, aliviarle un poco.

Las mujeres son quienes asumen la parte más grande de trabajo doméstico y todas tienen el mismo sueño: que su pareja vuelva una tarde temprano y les diga que va a  ocuparse de todo. Muchos papás participan regularmente en la vida de la casa, pero hay que reconocer que los horarios son a veces difíciles de conciliar, pero eso no les impide fijar ciertos momentos en los que tomar las riendas, liberando así a la mamá para que descanse.

Hazle regalos

Hay unos regalos indispensables por Navidad, aniversarios, fiesta de San Valentín o día de la madre.
Hay también unos regalos sin razón especial, tan sólo como una prueba de amor. Llévale a su tienda preferida y que elija una blusa, un par de zapatos, una pequeña joya, según sus deseos.

¿Vas de viaje? Cómprale un regalo. ¿Vas a la Feria de París? Elige un aceite de oliva para merendar juntos. Estate atento a las pequeñas ocasiones, no olvides que hay que sorprenderle.

Si conoce todas tus bromas, renuévate, encuentra otras. Puedes llevarle a ver un espectáculo.

Reírse afloja y permite olvidar un poco las preocupaciones.

Deséale

El mejor medio para atraer a su mujer sexualmente es mostrar que la deseas. Los juegos de seducción naturalmente se hacen al principio de una relación, luego la rutina se instala y se olvidan. Muestra tu deseo. Muéstrale que es la mujer de tu vida. Es el papel de amante el que queda apagado la mayoría de las veces en provecho de todos los demás. Tienes las llaves para hacerlo reaparecer, por lo menos de cuando en cuando. Cuanto más se siente deseada, más ganas tendrá de ser deseable.

Con suavidad, vuelve a visitar sus zonas erógenas: ¿le gusta qué? ¿Qué le acaricies los lóbulos de la oreja, o que le cosquillees en el pliegue de sus rodillas? Manos, lengua, piel todo es bueno para recorrer su cuerpo en busca del escalofrío. Imagina guiones eróticos. Termina con los tabúes, es el momento de visionar juntos y encontrar cosas “más salvajes”.