La seducción cientifica: un arte que hay que desarrollar

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San Valentín, fiesta de los enamorados, procede de una tradición medieval y se celebra el 14 de febrero al corresponder la fecha con el principio del período de los amores entre las aves. Valentín fue un mártir romano del siglo III.

Cuando el matrimonio fue instituido, la esperanza de vida de los seres humanos giraba alrededor de treinta y cinco años. Nos casábamos antes pero la unión conyugal duraba, apenas, veinte años. Esta esperanza de vida desde el año 1850 ha llegado actualmente desde los 49 años a los 80 años, y los biólogos predicen una longevidad que sobrepasará los 120 años con buena salud para alrededor del año 2050. Será posible vivir una historia muy larga de amor o vivir cuatro o cinco relaciones de una veintena de años cada una.

Antes, las razones del matrimonio eran, sobre todo, de orden económico. Nos casábamos para compartir las tareas necesarias para la supervivencia. Por otra parte, las palabras gustar y amor, aparecidas en la lengua francesa en el siglo XV, proceden del verbo ayudar. Hoy, nos unimos por amor, un sentimiento muy intenso convertido en afecto, ternura y atracción física. De racional la razón del matrimonio se volvió emotiva. Estando la emoción de la energía en movimiento, esto explicaría la inestabilidad de las parejas de hoy comparadas con las de principios del último siglo: solamente el 5 % de las parejas se divorciaban.

Las etapas de la seducción

¿Cómo nace esta emoción? Y, sobre todo, ¿cómo mantener esta emoción a través del tiempo y las crisis inevitables de la vida a dos? ¿Cuáles son las etapas de la seducción y qué hacer para que esta seducción pueda durar? Seducción viene del latín seducere “para traer y obtener favores”. El objetivo de la seducción es llamar la atención de una persona por todos los medios posibles con el fin de tomar el control emocional y asegurarse una fuente de placer.

Las etapas y los rituales de seducción son universales con algunos matices. Los encontramos tanto en el mundo vegetal y animal como el humano, y son muchos más de los que nos atreveríamos a creer. Por ejemplo, en todas las especies es la hembra el sujeto de la seducción, y el macho el objeto de la seducción. El cazador no es, necesariamente, el que te imaginabas. Trata de seducir a una mujer que no quiera ser seducida y verás quién posee el poder en este proceso de seducción. En cambio, si conoces bien las diferentes etapas de la seducción y lo que hay que hacer para mantenerla, saldrás ganador.

¿Cuáles son esas etapas? Hay que, en primer lugar, llamar la atención de la persona a la que se quiere seducir. Las mujeres van a valorar sus encantos físicos, los hombres su fuerza y riqueza. Los dos lo hacen de modo más o menos ostensible dependiendo de sus normas culturales. Los hombres desfilan, las mujeres provocan. Los hombres buscan la fertilidad, las mujeres la seguridad.

Llega un momento en el que las miradas se cruzan. Si la mirada intrusiva del hombre encuentra la mirada receptiva de la mujer se producen chispas llena de promesas. Las pupilas se dilatan y comienza un juego de miradas en las que se buscan y escapan. Si la mujer sonríe, si hace movimientos son su cabellera, el hombre está autorizado a avanzar si no sus posibilidades serán pocas. Si ella mira hacia otro lado no insistas porque aunque hables mucho y saques pecho, será pérdida de tiempo. La mirada es el instrumento más eficaz de seducción del ser humano. El intercambio de miradas posee un efecto instantáneo: provoca la atracción o la repulsión. Los amantes “devoran con los ojos”.

El tercer acto, la conversación. No busques una entrada al estilo “qué hizo el buen Dios para que tuvieras unos ojos tan bellos? Simplemente di algo como: “me gustaría conocerte”. Tendrás el 82 % de posibilidades para que te dé a entender que a ella también le gustaría. “Te gusta la música” vale el 70 %. Un simple “Buenos días” te dará la oportunidad de que la conversación pueda pasar los cuatro minutos fatídicos de toda relación humana. “¿Qué comes para desayunar?” Esto te dará una nota negativa.
El contenido de la conversación no tiene importancia, pero sí que hay que buscar algún tema que pueda interesar a tu compañero. Observa y estate atento. Será importante el tono de tu voz porque revelará tus intenciones. También tu medio de vida, tu educación, tu humor. Un gran número de historias de amor se perdieron después de los preámbulos verbales. La conversación constituye el punto de rotura: la seducción sigue o se rompe. Don Juan Tenorio y Casanova sabían jugar con las palabras. Estate consciente de que en el momento que abres la boca y hablas descubrirá tus intenciones por la inflexión y la entonación de tu voz.

Los antropólogos demostraron hace tiempo que generalmente era la mujer quien se arriesgaba a tener el primer contacto físico rozando con las puntas de los dedos el brazo, el antebrazo o la parte superior de las manos del otro. Lo hacen del modo más fortuito e ingenuo posible pero, la mayoría de las veces, de modo intencional y calculado. Es una manera de decirte: “me interesas, señor, continúa seduciéndome”. Es ahí donde tu prueba comienza. Si quieres seducir a una mujer que no te demostró receptividad con la mirada, la sonrisa o el tacto ligero corres peligro de ser acusado de acoso.

Esta prueba es de duración variable, pero el último objetivo es la domesticación del otro. Se desarrollan comportamientos en eco: bebo, bebe; me inclino hacia ella, se inclina hacia mí; le tomo la mano, la aprieta; le invito a cenar, acepta El hombre tiene la impresión de llevar el baile porque es él quien, generalmente, da el primer beso, ejecuta la primera caricia, hace las primeras invitaciones íntimas. Pero, si va un poco rápido será llamado al orden. Lo que excita más a la mujer es observar todo lo que el hombre está dispuesto a hacer por ella, sobre todo si hace lo que quiere y en el momento en el que lo desea. Este ritual constituye lo que Desmond Morris llama “el baile del amor”, que se refiere a la sincronización perfecta de los cuerpos y las almas: el baile sexual.

Sabrás que tu proceso de seducción dio resultado cuando sientas el amor y la persona que quieres esté continuamente en tus pensamientos. Vives sólo para los momentos en que os encontráis abrazados. Minimizas sus defectos y debilidades: es perfecta. Tienes la esperanza de que, por fin, serás feliz pero estás ansioso porque todavía no tienes asegurada su conquista. Eres feliz cuando está presente y te sientes completamente vacío cuando no estás con esa persona. Eres apasionado y quieres tomar el control emocional del otro.

Técnicas de seducción para mantener el encanto

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¿Cómo prolongar esa pasión que puede, con el tiempo y las crisis, disminuir? ¿Cómo guardar un mínimo de pasión y de seducción para lograr que el otro satisfaga nuestras necesidades de afecto, nuestras necesidades de crecimiento personal, nuestras necesidades sexuales, nuestros sueños personales, nuestros proyectos conyugales y de felicidad? La seducción y el amor necesitan mantenimiento y esfuerzos, contrariamente a la creencia popular que dice que en el amor todo es posible cuando se quiere. Vete a decir esto al 50 % de parejas divorciadas y al otro 30 % que se aguantan. La seducción necesita estímulo.

Hay algo químico en el amor, donde tiene importancia una higiene corporal incomparable y un perfume cuidado. Un perfume que realce tu olor corporal en lugar de enmascararlo. El cuerpo demasiado limpio no suelta feromonas y el sudor exhala su olor. Lo justo sería ducharse por la tarde para una salida. En el momento de la ovulación, el olfato de tu pareja se multiplicará por diez. Las mujeres son cien veces más sensibles a los olores. Los olores tienen el poder de poner en marcha sensaciones eróticas intensas. Cambiar de perfume (sugerimos hacerlo cada tres o cinco años) puede reactivar el deseo de tu pareja.

La música y el alimento son dos aliados en el proceso y mantenimiento de la seducción y esto sucede desde tiempos remotos y en cualquier parte del mundo animal. En cuanto al alimento, es falso decir que se conquista a un hombre por su estómago. La ofrenda alimentaria o de regalos a cambio de favores sexuales es el procedimiento de seducción más universalmente utilizado. Los animales hacen lo mismo.

Jamás lo repetiremos bastante, la mujer necesita palabras y una multitud de pequeñas señales de afecto para sentirse gustada. No ofrezcas una docena de rosas, ofrece doce veces una flor diferente y jamás en las mismas circunstancias.

El hombre es un ser prioritariamente físico, la mujer prioritariamente emotiva. Señoras, toquen a sus amantes; señores, hablen a sus amantes.
Para que pueda durar la pasión será absolutamente necesario mantener un cierto nivel de inseguridad y ansiedad en la relación. A partir del momento en que uno de los dos compañeros se comporta como si hubiera adquirido al otro, la luna de miel se transforma en lucha de poder donde se corre peligro de encontrar un dominante y un dependiente. A la inversa, no te comportes como una persona adquirida y jamás te considerará adquirido. Contrariamente a la creencia femenina, la intimidad no es sinónima de fusión sino más bien espacio entre la fusión y la autonomía. No tienes ninguna garantía de que el otro estará contigo el resto de tu vida, pero, si es eso lo que deseas, deberás considerar al otro como un “invitado” en tu vida actuando en consecuencia procurando que tu invitado tenga el deseo de quedarse contigo. Para eso hay que ocuparse y preocuparse de su bienestar.

La fusión mata el deseo, la seducción, al contrario, estimula el deseo. Por definición, deseo lo que no tengo, y no lo que poseo. Una dosis de incertidumbre, misterio, independencia y jardín secreto son necesarios para el amor. Cuanto más se hablara, más nos conoceríamos y si nos conoceríamos más sólida sería la unión y las parejas no se divorciarían. Pero, como es lo contrario lo que se hace, sucede lo contrario. Por otra parte, no estamos generalmente enamorados de aquellos a los que conocemos demasiado bien. La seducción necesita misterio. Lo mismo, que una mujer que se muestra sin descubrir totalmente sus encantos es más excitante que una mujer completamente desnuda y ofrecida. Seducir quiere decir mantener el deseo y no poner énfasis en el consumo del deseo. Evidentemente, un mínimo de consumo será necesario, si no esta forma de seducción se volvería frustrante. La pareja debe mantener un cierto equilibrio entre la satisfacción y la frustración de los deseos.

Son las mujeres quienes procuran gustar y comenzar un enlace amoroso (como pasa en el mundo animal), pero la persecución de la relación amorosa depende del hombre. Las mujeres esperan que los hombres continúen seduciéndoles a medida que la pareja se construye. Una vez creado el clima de seguridad y estabilidad necesario para las mujeres, éstas esperan que el hombre tome la iniciativa en las conductas seductoras y las conserve. En cuanto una mujer expresa su receptividad, espera que el hombre se acerque a ella. Lo que excita al hombre es el pensamiento de que va a dejarle hacer lo que quiera.

¿Con qué rima todo esto?

¿Por qué nos seducimos? ¿Por qué tratamos de mantener el amor a lo largo de nuestra relación? La respuesta es evidente: para asegurar la supervivencia de la especie humana. La pareja debe estabilizarse para crear las mejores condiciones para educar al pequeño humano, el cual es, de todas las especies animales, el de aprendizaje y autonomía más largo. No obstante, los hombres y las mujeres dedicarán cada vez menos tiempo y energía a la educación de sus niños. ¿Qué harán todo el resto del tiempo? ¿Seguirán empleándose en la seducción y el amor? ¿Aprenderán a amar y seducir por propio placer?.

La química del amory la seducción cientifica

Tres tipos de hormonas intervienen en el proceso amoroso:
1. Las feromonas, producidas por las glándulas apocrinas, dan una huella olfativa personal única y poseen el don de atraer a ciertas personas y alejar a otras. El amor es sólo una cuestión de olfato.
2. Una sustancia química cerebral que pone en marcha sensaciones de alegría, exultación y euforia.
3. Las endomorpinas transforman la pasión en afecto: los enamorados pueden hablar, comer y dormir en paz. Seguridad, estabilidad y tranquilidad es lo que tienen ahora.

Consejos para seducir a un hombre y guardarlo

He aquí unos consejos que tienen en cuenta la sensibilidad de los hombres:
· Siempre pon énfasis en lo que te gusta de él.
· Tócale y admira sus “proezas”.
· Provócale físicamente.
· Recoge su deseo sexual y dile lo que te excita.
· Déjale hacerte lo que desee (en los límites de la normalidad).
· Dile “quieres” mejor que “puedes” para no poner en duda sus competencias.
· Utiliza palabras como mi amor, mi tesoro…

Consejos para seducir a una mujer y guardarla

Muchos manuales de seducción existen para enseñarles a los hombres cómo seducir a las mujeres, pero el secreto serán siempre sinceridad y transparencia.

He aquí algunos consejos infalibles:
· Escucha, escucha mejor que dar soluciones.
· Mantente pendiente de ella y directamente no vayas al “fin”.
· Observa cualquier mejoría física que haga para realzarse.
· Escríbele pequeñas palabras de amor, telefonéale para decirle “te quiero” y cuelga.
· Mírale cuando habla.
· Sorpréndele y desarrolla tu sentido del humor: una mujer que se ríe está cerca de querer ir “a la cama”.
· Utiliza palabras como mi amor, mi tesoro.

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