Problemas de pareja: cómo manejar la crisis
El argumento recurrente va a menudo en detrimento de la armonía conyugal. ¿Cómo salvar tu matrimonio del círculo vicioso del conflicto?
Jeanne, una joven de treinta y cuatro años, argumenta: “nueve de cada diez veces discutimos por causa de su madre”. Y aunque, por el momento, la pareja siempre ha sabido reconciliarse, Jeanne admite que los conflictos dejan huella. Lo mismo ocurre con Pablo y Felipe, juntos desde hace tres años. Pablo, según confiesa, es desordenado. Felipe, maniático. La confrontación entre los dos a veces puede hacer saltar chispas.
Si los desacuerdos son una parte inherente de la pareja, la proliferación de conflictos no conduce a la armonía. Y el dicho de que los conflictos son una condición necesaria para lograr amores sostenibles, debe ser tomado con cautela.
¿Cómo para algunos las rencillas ocupan tanto espacio y cómo evitarlas?
“Hay muy pocas parejas que no compitan”, apunta Fabienne Kraemer, psicoanalista autor del libro “Cuidar mi matrimonio”, publicado en 2014 por la PUF.
La tendencia es idealizarse el uno al otro negándose a ver todas esas pequeñas cosas que, con el tiempo, nos van a molestar. Todas esas decepciones que generan frustración y son fuente de discordia futura. Sin embargo, dice la psicoanalista, debemos tratar de evitar la escalada de conflictos para evitar que se conviertan en dolorosos.
Por encima de todo, algunos argumentos son eficaces. Para la psicoanalista, la mayoría de las veces, el objeto de la controversia es un pretexto, una forma de desencadenar una discusión. Jeanne, dice: “me gustaría que él me tranquilizara, que me dijera que los ataques de celos contra su madre no tienen sentido, que no me tratara como una pequeña histérica”.
Relaciones de pareja: para pelear se necesitan dos
Esta necesidad de ser tranquilizado significa que a Jeanne le cuesta comunicarse con su cónyuge, probablemente por falso orgullo.
Para competir se necesitan dos. Si uno de ellos deja su ego a un lado y se niega a unirse a la bronca saliendo de la habitación, no contestando, no levantando la voz, la disputa nacerá muerta aunque, reconoce el psicoanalista, no es fácil si surge la ira.
Éstos son algunos de sus consejos para salir del círculo vicioso de los argumentos nocivos.
Discusiones de pareja: limítate a los hechos
“Hay que decir lo que pensamos de manera simple y objetiva, sin exagerar”, recomienda Fabienne Kraemer. No se debe culpar a la otra persona.
Consejo de pareja: no laves la ropa sucia en público
Debemos evitar cualquier espectador, ya sea amigo o familia, continúa Fabienne Kraemer. Esperar que no estén presentes antes de explotar. “Esto tiene la ventaja de no reaccionar en caliente”, dice Sophie, quien recientemente lo ha dejado con Maxim, su esposo durante cinco años. “He notado que desde que me prohíbo a mí misma reaccionar en caliente delante de nuestra hija de dos años, tengo más tiempo para calmarme y ver las cosas con más perspectiva”.
Conflictos de pareja: abstenerse de lastimar, literal y figurativamente
Debemos desterrar las palabras que sabemos que van a hacer daño al otro.
Para evitar la crisis de pareja: acordar un tiempo para los dos cada semana
La comunicación es clave para Fabienne Kraemer, que recomienda a las parejas reservar todas las semanas una noche para los dos. Puede ser cenar en un restaurante, caminar, pasear junto al perro o algo así. Lo importante es que se haga y se vuelva a hablar sobre lo que pasó. Huir del efecto molestia significa no guardar para nosotros lo que no nos gusta, y encontrar otra manera de hablar sobre el reproche o la invectiva.
Disculparse para solucionar los problemas de pareja
Cuentas con docenas de ocasiones a lo largo del día para disculparte, ya sea por un error inofensivo o una palabra más alta que la otra, dice Fabienne Kraemer. La excusa debe ser rápida y clara.
Sin embargo, dice el psicoanalista, en un conflicto, cada protagonista tiene alrededor del 50% de los defectos. “No caigas en esa búsqueda inútil de quedarte con la última palabra”, dice Fabienne Kraemer. No des nunca la impresión de ser más respetuoso con tus colegas, hijos o amigos que con tu cónyuge como si no tuvieras ningún defecto, porque los tienes.
Cómo solucionar los problemas de pareja: 3 reglas simples
Los conflictos en el matrimonio son el primer paso para desestabilizar la relación. Intenta que tu relación comience con una buena base.
¿Quieres poner fin a estos conflictos amorosos que afectan a tu estado de ánimo?
Tu papel es el de desactivar la bomba mediante la búsqueda de soluciones. ¿Cómo manejar los conflictos en la pareja sin ser pisado? ¿Es posible no repetir los mismos errores y lograr estabilizar la relación? La vida matrimonial no es fácil y se aprende paso a paso.
Los conflictos de pareja siempre tienen un origen: comprender el origen
No puedes resolver los conflictos en tu relación si no pones el dedo en la causa central del problema. Debes saber que, muy a menudo, algo trivial puede desencadenar conflictos violentos por la falta de entendimiento entre dos personas.
En tu relación debes protegerte a ti mismo tratando de entender dónde se originó el problema.
Superar una crisis de pareja: enfocarse en la comunicación
Ante un conflicto que está creciendo no se pueden olvidar las palabras. Tienes problemas para entender cómo se puede amar tanto y discutir en el espacio de unos pocos minutos.
La única manera de superar estas complicaciones está en la comunicación de la pareja, donde los dos pueden hacer balance y tratar de entender la actitud del otro. De esta manera, el conflicto en la pareja va a disminuir.
El conflicto de pareja: ¿estáis hechos el uno para el otro?
Un conflicto en la pareja no es trivial. ¿Cómo se puede sonreír de nuevo si tu pareja está conmocionada por tu actitud? La mejor actitud consiste en la búsqueda de la comunicación, reconsiderar tu relación y analizar bien si ambos estáis en la misma longitud de onda.
Debes tratar de ponerte en los zapatos de tu pareja para entender sus reacciones.
Nunca dejes que un conflicto de pareja crezca pensando que con el tiempo pasará.
Crisis de pareja: cómo solucionar las problemas de pareja
Discutes y una frase, una palabra, una entonación desencadena una reacción repentina e inesperada.
Esta reacción interpretada como desproporcionada e inapropiada se ve como una injusticia, un mal que debe ser reparado.
Como persona agredida intentas corregir al otro y surge el conflicto.
El nacimiento del conflicto de pareja
El conflicto es una “reacción emocional”, que se genera por nuestra inconsciencia y el apoyo de terceros. Esto también se llama una “herida”.
No te preocupes, todos tenemos nuestra herida, y cuanto más conscientes seamos de ella, menos sufriremos.
En nuestra vida cotidiana, constantemente estamos discutiendo e intercambiando problemas con la gente, en la mayoría de los caso sin incidentes aunque a veces nos sintamos heridos, traicionados, deprimidos, desvalidos, abandonados… El otro, necesariamente, no quería hacernos daño pero, sin saberlo, tocó una herida en nosotros.
Aquí hay dos posibilidades:
- Vigila que tu reacción no haga “daño” a la otra persona. Aunque exista el desacuerdo, respeta el punto de vista del otro.
- No reacciones de forma exagerada si te sientes juzgado, traicionado, rechazado, humillado… No reacciones violentamente. En ese caso surgiría el conflicto.
Este es el problema, no el otro
¿Por qué has reaccionado de esa manera? ¿Por qué no lo has hecho de manera diferente?
Has sido golpeado en tu herida.
Supongo que la intención de la otra persona no era herirte. Si ese fuera el caso sabrías qué hacer con la relación. Por respeto a ti mismo, y como persona que desea ser feliz, no puedes mantener una relación tóxica, sería un suicidio.
El hecho de conocer y reconocer estos acontecimientos nos pone en una perspectiva de “observadores”. Desde esta posición ya no es posible que reaccionemos. Vemos nuestros defectos así que tenemos la opción de actuar pero nunca reaccionar
Nuestras reacciones son indicativos de nuestras heridas.
Desactivar la crisis de pareja
Por lo tanto, una vez conscientes de que nuestras reacciones nos pertenecen y que el otro no tenía intención de hacernos daño, no te puedes quejar a la persona. Acaba con tus comentarios.
Es una oportunidad maravillosa para crecer gracias a esta reacción emocional que acaba de tocar una parte de ti que aún no habías detectado.
Cada vez que te decían algo reaccionabas de una determinada manera repitiendo las mismas reacciones, palabras o circunstancias. Eras “modelos de repetición” debido a tu parte inconsciente.
Nuestros patrones de repetición siempre se deben a una parte inconsciente de nosotros. De lo contrario, ¿por qué habríamos de seguir haciendo lo que nos hace sufrir?
Ahora, con esta nueva conciencia, este nuevo punto de vista, vas a servir a los demás. Además, no debes añadir conflictos generando una cadena de reacciones poco saludables.
Tu pareja, benevolente, te ama, sabrá entender que te ha herido. En realidad no era su intención.
Él / ella tratará de que seas un poco más feliz para asegurarse de que te sientas bien cerca de él / ella. Será capaz de entenderte y amarte como eres.
El conflicto es reemplazado por el amor. Con un poco de práctica, ambos hablarán rápidamente de lo que sucede entre ellos, y así se mantendrá el ritmo de crecimiento y el amor que es la esencia de la pareja.
Si te ataca tu pareja, voluntariamente, con intención maliciosa a pesar de que le hayas expliques cómo te sientes, quiere hacerte daño.
En este caso, no lo dudes y lo antes posible deja a esa persona. Serás mucho más feliz sin ella que con ella.
Si prefieres encontrar una disculpa por miedo a quedarte solo o por cualquier otra razón que genere dependencia, te seguirá haciendo sufrir un poco y cuando se canse te dejará.
Tanto en las relaciones románticas como en otras áreas de tu vida, la felicidad es una elección que sólo tú puedes hacer. Mientras no hayas elegido a estar bien, no serás una persona feliz.
Conclusión sobre las crisis de pareja
- Un conflicto es el resultado de dos choques.
- El problema no es el otro, ni somos responsables de la reacción del otro.
- Cualquier respuesta emocional es una oportunidad para crecer.
Toma la decisión de estar bien dejando lo que es tóxico para ti.
